domingo, 5 de diciembre de 2010

Dejan libre a un etarra ‘porque su padre jugó en la Real Sociedad’

Que su padre regente «una pescadería de gran popularidad en la parte vieja» de San Sebastián y que también su progenitor haya «pertenecido más de 38 años al equipo de la Real Sociedad» son los elementos de arraigo en los que la juez Clara Bayarri justifica su decisión de poner en libertad bajo fianza al presunto etarra Iker Sarriegui, encarcelado hace siete meses junto a los también abogados Arantza Zulueta y Jon Enparantza. Los tres, acusados de un delito de integración o colaboración con organización terrorista, fueron detenidos por la Guardia Civil el pasado 14 de abril por formar parte de la estructura «Halboka», encargada de controlar a los presos etarras. El ministro del Interior los calificó de «comisarios» de ETA.

Además de Sarriegui, la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional —integrada por Alfonso Guevara, Guillermo Ruiz Polanco y Clara Bayarri— acordó la prisión eludible con una fianza de 60.000 euros para Zulueta y Enparantza. En los tres autos dictados, el Tribunal justifica la decisión en las medidas cautelares impuestas —comparecencias semanales, no salir del territorio nacional y entregar los pasaportes— y en la situación de «arraigo social» de los imputados.

Riesgo «incuestionable»

En el caso de Sarriegui, la ponente Bayarri, aunque sostiene que el riesgo de fuga continúa siendo «incuestionable» y el delito del imputado es «grave», valora «la existencia de un entorno social y familiar de claro apoyo que compromete por él su palabra». No obstante, la magistrada destaca que el presunto etarra carece de arraigo propio ya que, aunque tiene un hijo de dos años y medio, el pequeño vive con su madre en Oyarzun (Guipúzcoa) —con la que se casó por poderes el pasado mes de julio estando ya en prisión— mientras que él residía en Hendaya (Francia).

Al observar que Sarriegui carece de «arraigo propio», la magistrada valora el arraigo en el padre del imputado. Así, la ponente destaca que el abogado etarra es hijo de Iñaki Sarriegui «persona muy querida y apreciada en Donostia, pues ha pertenecido durante más de 38 años al Club de la Real Sociedad, donde ha desarrollado diferentes labores desde entrenador, responsable del grupo de ojeadores, responsable de las relaciones con los clubes de la provincia y, finalmente, delegado del campo de Atocha» y que ahora regenta una pescadería «de gran popularidad en la parte vieja de la ciudad». La magistrada también recuerda que el imputado jugó en este equipo durante tres temporadas, «en las que, por cierto, estuvo casi todo el tiempo lesionado».

Además de estos argumentos de carácter deportivo, Clara Bayarri valora el testimonio del decano del Colegio de Abogados de Guipúzcoa, amigo del padre de Sarriegui y que acreditó el «arraigo laboral» del imputado.
En el caso de Zulueta, los magistrados destacan que las medidas cautelares impuestas garantizan su «sometimiento al proceso y la no reiteración delictiva», mientras que en el de Enparantza subrayan su «disponibilidad procesal por razón de arraigo personal, social, laboral y familiar».

Información publicada por ABC

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