EUPV y Compromís se han alienado en el Congreso de los Diputados con las tesis soberanistas defendidas por el PSC, que a la postre han acabado por horadar las relaciones de los socialistas catalanes con el PSOE. Compromís, con su representante Joan Baldoví en la Cámara Baja, y EUPV, representada por Ricardo Sixto, optaron por posicionarse junto al PSC de Pere Navarro -también respaldado por el PNV- en la resolución del «derecho a decidir» de Cataluña sobre su autoderminación a través, respectivamente, del grupo mixto y la izquierda plural.
El alcance de esta votación, que quedó reflejada en la página web del Congreso, avala la percepción de aquellos que ven en estas dos formaciones valencianas una prolongación de los intereses del pancatalanismo. Marina Albiol, diputada autonómica, ya dio pistas en el anterior periodo de sesiones en las Cortes autonómicas al reconocer que su lengua es «el catalán, su bandera la cuatribarrada y su himno la Muixeranga».
La posición defendida por Sixto y por Baldoví es compartida a título individual por algunos de los dirigentes del PSPV-entre ellos el propio secretario general de la formación, el «chaconista» Ximo Puig-, pero «oficialmente» la federación socialista valenciana está de parte de quienes defienden mantener la unidad de España y respetar la Constitución en este apartado sobre la soberanía.
La cuestión identitaria no es accesoria en la formación del tripartito valenciano, y de hecho la defensa abierta de las tesis soberanistas levanta ampollas en una parte de los votantes de la izquierda valenciana por lo que sus efectos electorales en 2015 son aún difíciles de calibrar. En este sentido, uno de los referentes «clásicos» del PSPV, Ciprià Ciscar, ya aconsejó en la última reunión de la ejecutiva nacional del partido que la federación socialista valenciana se alejara del dúo formado por Compromís y EUPV para concentrarse en la tarea de alcanzar una mayoría suficiente en las urnas.
La premonición de Císcar
La identificación con posiciones radicales y cercanas al expansionismo político catalán serán, dijo Ciscar, «munición» para el PP y para la emergente UPyD. Este pronunciamiento -compartido entre otros por el vicesecretario general del PSPV, Francesc Romeu- se produjo con anterioridad a la votación en el Congreso que ha acabado por «retratar» a Baldoví y Sixto. No obstante, adquiere ahora plena vigencia.
La posición de Puig respecto a la teórica conformación de una fuerza tripartita de izquierdas es «precipitada» en opinión de algunos de sus compañeros de ejecutiva: ha sido, creen, demasiado explícito y ha mostrado «demasiado pronto» su cercanía a los líderes de EUPV, Marga Sanz, y Enric Morera, de Compromís.
Puig aboga internamente por propiciar una mayoría de izquierdas que logre el PSPV en solitario, pero está abierto a la búsqueda de alianzas en previsión de un hipotético resultado en 2015 que exija la ayuda de los otros dos partidos minoritarios del arco parlamentario. Esa «otra agenda» también es clara, pero no pública, y se concreta en reuniones periódicas que Puig ha mantenido con los líderes de EUPV y Compromís en los últimos meses. La discreción, no obstante, no ha caracterizado unos encuentros que despiertan enormes recelos entre los más moderados del PSPV, sobre todo en lo que respecta a Compromís, a la que consideran una formación menos fiable para trazar las líneas de una eventual gestión de gobierno.
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